Las escuelas matan la creatividad

La creatividad tiene su máximo en la infancia, aproximadamente entre los 10-12 años, luego con el tiempo y el sistema educativo actual se impide su desarrollo, e incluso se ve reducido. Quizás quien lea estas líneas se pueda sorprender, pero los últimos avances científicos apoyan estos argumentos, y a continuación intentaré explicar un poco esta idea. Para solventar un problema, hacemos uso de la creatividad, y la pregunta es ¿qué es un problema? Pues un problema es una situación actual que debe de ser cambiada, en caso de no poder cambiarse, es una desgracia, como por ejemplo la pérdida de un ser querido. Por definición, ante un problema hay infinitas soluciones, pero en la escuela, por lo general, nos enseñan que solamente hay una forma válida. De esta forma se va limitando inconscientemente nuestra mente, para enfrentarnos a estos problemas. Se preguntarán ¿cómo puedo desarrollar mi creatividad o la de mis hijos? Por poner algún ejemplo, hay actividades como la música, la pintura, la danza, que ayudan a desarrollar la parte creativa.  Una frase de Picasso sintetiza todo lo anterior «Todo niño es un artista. El problema es como mantenerse siendo niño una vez que se ha crecido».

Para más información os aconsejo ver la presentación de  Ken Robinson (reconocido a nivel mundial como un experto en creatividad y educación)  en la que se explica   con más detalle lo expuesto en los párrafos anteriores; Las escuelas matan la creatividad. Visto los desastrosos resultados escolares, realmente se necesita una urgente revolución en la educación. Con ello se aumentaría la calidad de vida de los estudiantes, apoyándolos para el desarrollo en las áreas que realmente les ilusiona. Sin duda es un reto difícil en la cual se necesitará personas con mucho liderazgo e influencia para llevarlo a cabo.

La generación de ideas para desarrollo de nuevo producto

Para conseguir un producto de éxito en el mercado es importante la gestión de la Innovación, y una parte importante de la misma consistiría en la generación de ideas.

Previo a la fase de desarrollo del producto, se tiene que partir de que hay una oportunidad de negocio, es decir, se ha hecho un trabajo de estudio interno y externo previo (DAFO). Se debe de haber detectado una necesidad en el mercado, en el cual haya un potencial de clientes dispuestos a pagar por el producto.

Partiendo de que se se ha hecho esta etapa previa, el primer paso en el desarrollo de todo nuevo producto consiste en generar ideas. Para ello se puede utilizar diversas metodologías, aunque la más común y conocida es la «lluvia de ideas» (brainstorming), por lo que es imprescindible hacer uso de las dotes creativas del equipo, y sobretodo tener la mente abierta, dejándola fluir. El hecho de exponer ideas en equipo aumenta el rendimiento, ya que se comparten diferentes puntos de vista (con lo que enriquece el proceso) y favorece la aparición de nuevas ideas a partir de otras.

El siguiente paso consistiría en hacer un filtro y agrupación de ideas, utilizando un criterio determinado (dependiendo de la situación), para pasar de esta etapa creativa en la que hay un pensamiento divergente, a una etapa convergente.

Como dato numérico se puede decir que de 100 buenas ideas, se podrían sacar al mercado unos 10 productos, de los cuales 1 puede tener éxito en el mercado. Aquí habría que definir, qué entendemos por éxito. Consideramos éxito que el producto esté vivo más de un año en el mercado. Hay que tener en cuenta que estos valores concretos dependen del sector, pero sirve para hacernos una idea, más cualitativa que cuantitativa, de la dificultad de conseguir un éxito comercial y de la importancia de generar cantidad y calidad de ideas.

Estas primeros pasos de las etapas de desarrollo son de vital importancia, primero porque son las primeras y si son erróneas los siguientes pasos también lo serán, y segundo porque condicionará en gran medida las propiedades y características del producto final